Las dotes comunicativas pueden o no ser innatas, pero como casi todo en esta vida, se aprenden.
La comunicación que emociona comienza en un estado de relajación, de calma, por eso es importante saber mantener un equilibrio emocional que te posicione en ella para que ninguna emoción pueda bloquearte.
Además, si quieres transmitir entusiasmo, alegría, firmeza…o cualquier otra emoción, tienes que sentirla desde los dedos de los pies hasta la coronilla.
Y es que la inteligencia emocional es la base de la comunicación que trasciende a cualquier nivel: laboral, de pareja, con tus hij@s…